Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

domingo, 18 de septiembre de 2016

Bocanadas de oxígeno

Sus bocanadas de humo, tus bocanadas de oxígeno.
ENTRE las oleadas de noticias sin contrastar, errores sistemáticos, comentarios indecentes y contaminación, hay algunas bocanadas de oxígeno en lo que se dice relativo al tema de las exhumaciones y el monumento de Navarra a sus muertos en la CruzadaEsto es un alivio.

Pero también nos encontramos con unas actitudes y "machadas" impresentables. Creo que sus agentes estarán satisfechos. La actual manipulación contra la verdad, contra el electorado, y sobre todo contra lo divino y humano es tal que produce rechazo. 


Sí, los Asirón, PSOE, Geroa Bai y comparsas están haciendo historia, pero para que en el futuro se sonrojen de ellos. Menos mal que quedaran nombres y apellidos para que pongan en entredicho a quien deban poner.  La hipocresía es evidente porque lo que se busca es algo diferente al tema de los represaliados. Como si no los hubiera habidos, desgraciadamente, en toda la España de entonces. Tristísimo, pero así es. Si no, ¿a qué exhumar estos restos mortales? Los restos de don José, Jaime, Joaquín, don Pedro...


A quien está acostumbrado a pasear por Pamplona no le choca la catedral, ni el monumento de Navarra a su muertos en la Cruzada, ni el quiosco de la plaza del castillo -aquí en esta pequeña Pamplona se polemiza todo-, ni el archivo del Reino, ni el baluarte, ni unos u otros edificios que adornan con mayor o menor acierto la ciudad. Son parte del paisaje urbano, al que dan la debida solemnidad. A pesar de su neoclasicismo de Ventura Rodríguez, a nadie se le ocurrirá derribar la fachada de la catedral de Pamplona, como tampoco el monumento de Navarra por el clasicismo de Eúsa y Yárnoz. Por lo que respecta a su estética, éste monumento es una obra de arte. 

Pero el tema es realmente otro. 

Hoy no hay consensos sino continuas imposiciones: lo del tetrapartito es de risa, pues unirse cuatro pequeños contra uno más incluso la abstención, es el menor consenso que pueda imaginarse pues sólo están de acuerdo en el "contra" y en arremeter contra el pasado y lo que Navarra en general fue -y sigue siendo-. 


Tampoco existe hoy inclusivismo si se piensa en el lío organizado por Asirón sobre la escuela de la que echó a las familias para imponer el euskera a los hijos, si se tiene en cuenta en el baremo de los méritos para acceder y ascender en la función pública, en el actual lío de la policía, en el desgobierno de Educación, en ser jodidos con la CUN... 

Aquí hay unilateralidad y exclusión de empresas, sectores sociales, estatuas, escudos de 1735, retratos de reyes... 

Ni siquiera vemos el pacifismo  cuando hasta ayer se quemaban contenedores, las huelgas estaban a la orden del día, la Señora ETA asesinaba y extorsionaba a voluntad, y hoy sigue el miedo en la sociedad por herencia del ayer inmediato, del ambiente, y ahora por quienes tienen determinada "memoria". 

Habrá antibelicismo mirando a casa, pero los follones, puñaladas, asesinatos y arsenales, y el deseo de enviar tropas salvadoras por el mundo ahí están.

Mal está esto, ¿verdad?

Cuando una época entera se conmueve por el heroísmo de decenas de miles de jóvenes navarros y el esfuerzo de el viejo Reino, y quiere levantar un monumento a su memoria, señal que fue un acierto. Y -además- en su época tuvieron toda la razón en defender la religión y la patria frente al estalinismo a las puertas. 


Sí, existe lucha entre hermanos como el cainismo del entorno etarra contra toda la sociedad. ETA continúa con las armas en la mano. Sus admiradores y entorno, o los que agitan el nogal para que caigan las nueces -PNV o Geroa Bai-, es decir, los que han logrado metas políticas bajo su amparo... se benefician del agotamiento social que ellos han producido y del miedo que han metido en los cuerpos. 


Encima ahora hacen alardes de querer la paz. 


Más: hay cargos públicos que no condenan el terrorismo de ETA, ni sus procedimientos, ni... Pues bien, estos mismos son quienes pactan "contra otro" y los que quieren exhumar a seis voluntarios de la guerra de hace 80 años y a dos invictos generales de entonces. Sí... son unos hipócritas.



Ramón de Argonz

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