Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

jueves, 30 de noviembre de 2017

La Cruz de San Andrés o de Borgoña como bandera de España

VEXILOLOGÍA


La Cruz de San Andrés 

Hoy es la festividad de San Andrés. Más de un amigo me ha dicho que comente algo sobre la Cruz de San Andrés, con su variante la Cruz de Borgoña.Vaya este pequeño comentario en honor de San Andrés, uno de los doce apóstoles de Nuestro Señor, y de aquellos que han enarbolado la Cruz de Borgoña como bandera de España durante siglos. 

La Cruz de San Andrés representa el martirio de este apóstol de Nuestro Señor sufrido en una cruz con forma de X, en manos de los paganos de la ciudad de Patrás (en la Acaya de la antigua Grecia). Así lo representa Bartolomé Murillo en su famoso cuadro lleno de luz, color y hasta de un movimiento contenido, un lienzo grandioso y típicamente barroco. También se cuenta que el mártir estuvo  durante tres días en la cruz, predicando la Fe a quienes se le acercaban a semejante púlpito. Por eso la cruz de San Andrés representa la humildad y el sufrimiento callado y perseverante, simbolizando en la heráldica al caballero sufrido e invicto en el combate. Buena enseña ésta propia de los Regimientos de Infantería españoles. 


Las aspas de San Andrés lucían como  Armas de la Casa ducal de Borgoña de la que era patrón en la época bajomedieval.

Felipe I el Hermoso, casado con Juana I la Loca de Castilla,  vinculó la Cruz de Borgoña a los Reinos de Castilla una vez que fue rey el 12-VII-1506. Con su hijo Carlos I de Castilla y IV de Navarra, la borgoñona se generalizó llegando a ser el emblema de las Españas, pues Carlos recibió el ducado de Borgoña de su abuela María, junto a otras posesiones entre las actuales Francia y Alemania. 

Es muy probable que la bandera con la Cruz de San Andrés ondease por primera vez como insignia española en la batalla de Pavía celebrada en 1525 entre las tropas de Carlos I y las francesas de Francisco I (César Cervera, 27-X-2016, ABC historia). Gloriosa batalla fue ésta. En ese momento las aspas rojas eran lisas, sin nudos alternos. Tales nudos serían los nudos o tocones de las ramas cortadas utilizadas para colgar de la Cruz al bueno del mártir San Andrés.

Sabemos que por entonces existía una identidad entre las Armas del Rey y las del Reino, identificando a ambos la Cruz de Borgoña en los territorios de España. Así fue con los Austrias, pero también será con los Borbones, que asumieron la cruz de San Andrés como emblema personal y regio. De esta manera, durante muchos siglos la Cruz de San Andrés se utilizó como bandera de España o las Españas. Allá donde se veía la Cruz de Borgoña, estaba España, una en su riquísima pluralidad de Reinos, Señoríos y condados con los Austrias, pero tristemente sin los Fueros públicos de la Corona de Aragón  desde 1707 y 1716 por haber sido austracistas desde 1705. 

Dicha bandera fue la principal de los famosos Tercios españoles y Regimientos de Infantería del siglo XVI hasta comienzos del XIX. El Ejército estaba identificado con ella, así como la sociedad. 
Pintura de Augusto Ferrer-Dalmau,
"Regimiento Asturias, sangre española"
Sólo avanzado el siglo XVIII, Carlos III indicó que la enseña de la Monarquía fuese la rojigualda. En su Real Orden la bandera roja y gualda sustituyó a la bandera nacional -la Cruz de Borgoña- para la Real Armada, aunque fue por motivos prácticos o visuales, sin ánimo de sustituirla como enseña de España, y sin excluir las restantes insignias que identificaban a la Monarquía. 

Pues bien, hasta el final de la primera guerra carlista en 1840 la bandera con la Cruz de San Andrés fue la bandera oficial del ejército español, y sus tropas sólo adoptaron la rojigualda cuando se instituyó como enseña nacional desde la Real Orden del 13-X-1843. Por eso muchas unidades carlistas emplearon la Cruz de Borgoña para identificarse en el campo de batalla, lo que es normal, pues significaba España, la España en lucha, los españoles en guerra. También la utilizaron las Armas cristinas o isabelinas hasta 1843. La Cruz de Borgoña expresaría el máximo esfuerzo y entrega, propio de un Imperio que fue donde nunca se ponía el sol... hasta el desastre de Cavite y Santiago de Cuba de 1898.

La bandera de Cruz de Borgoña se ha asociado al tradicionalismo político por lo mismo que estuvo asociada a España y a las Armas reales durante muchos siglos. La asociación fue correcta, aunque también será asociarlo a la bandera roja y gualda, lo que seguramente no gustará a los liberales de todo signo. Estos quisieran identificar a España con la Revolución liberal, ignorando que la verdadera España es la de siempre, con sus insignias, cierto desorden normativo y las banderas con las que se luchó por unos ideales religiosos, patrióticos, forales y monárquicos. Por algo será muy tarde cuando el 24-IV-1935 Fal Conde resolvió que la Cruz de San Andrés fuese la insignia oficial de los carlistas. Además, tengamos en cuenta que la bandera roja y gualda, con la que los carlistas se identificaban absolutamente, estaba perseguida por los republicanos. La oficialidad de la Cruz de San Andrés no excluía la propia de la rojigualda y desde luego burlaba las disposiciones republicanas pues aquella se identificaba con la España de siempre. 

Decir Cruz de Borgoña era decir: ¡España!, enseña que había quedado indisolublemente unida a siglos y glorias, así como a la bandera rojigualda. Y decir rojigualda era decir también ¡España!, concomitante a la borgoñona que tenía el aleve peso de siglos de gloria. La unión de ambas banderas en una, fue realizada por los carlistas con todo cariño y entrega, con naturalidad, y dejando fluir los hechos de la vida.  

Como siempre hay malas lenguas, malas lenguas liberales dicen que, durante las guerras civiles del siglo XIX, en el campo de batalla se encontraron los de la bandera de España frente a esos de la Cruz de Borgoña, según lo cual los españoles serían los liberales y los carlistas serían los extranjeros o algo así. Malas, malas lenguas. 

Vean tranquilos y sosegados, contemplen las enseñas y estandartes del Cuarto de Banderas del palacio de Loredán, residencia de Carlos VII en Venecia, y digan si los carlistas no arropaban su alma en ambas banderas, fundidas en una, expresión de la España de siempre: rojo blanco, rojo y gualda. Por eso, el nacionalismo de los liberales y en mayor grado el de los separatistas de la periferia, que fueron malos vascos y malos catalanes, siempre fue anticarlista. España no la  fundó la Revolución liberal sino que España es tan vetusta como su gloriosa tradición. España no ahoga a sus hijos, buenos vascos y catalanes, sino que en la plenitud de sus hijos, existe España. 

Pasará el tiempo y las unidades militares españolas mantendrán la Cruz de Borgoña hasta hoy, al igual que el escudo de los borbones instaurados a partir de 1975 hasta don Felipe. Pero la bandera de Borgoña sigue flameante y mostrando la historia secular de España en las manifestaciones millonarias en Barcelona -por ejemplo-. 


Imagen clásica de la Cruz de San Andrés asociada a los tradicionalistas requetés, es decir,
a los amigos y defensores de la Tradición española, actualizada como toda verdadera Tradición. Ciertamente los carlistas fueron soldados de la Tradición o requetés, y gustaban de los emblemas de los gloriosos Tercios españoles. La Tradición no es arqueología ni romanticismo, sino renovar conservando y conservar renovando. La Tradición española estaba anclada en cierto clasicismo o realismo político, el iusnaturalismo y la escolástica, y una herencia que como católica está lejos del romanticismo e idealismo propios de la ideología de la Revolución liberal tan identificada con el nacionalismo centralista o separatista.

La bandera de Cruz de Borgoña está viva junto a la de España y,
en esta imagen, junto a la de Cataluña
La imagen es de la manifestación de Barcelona, Día de la Hispanidad,
del 12 de octubre de 2017. Allí hubo muchas banderas de Cruz de Borgoña,
que representa a España  tanto como la roja y gualda.
Cada época tiene sus propias expresiones; ahora es la política y la calle.
Foto:JFG2017

(1) José Antonio Gallego, en "La Cruz de Borgoña, primera Bandera de España" concluye así: "En cualquier caso, será a partir de esta fecha, 13 de octubre de 1843, cuando la Bandera roja y gualda, se convertirá en Enseña nacional, mientras que la Cruz de Borgoña, no será emblema carlista hasta el 24 de abril de 1935. Por tanto poner en manos de los carlistas la Cruz de Borgoña antes de esa fecha, es un tremendo dislate histórico, puesto que en cualquier caso de ponerla en manos de alguien antes, sería en manos de los Ejércitos cristinos durante la Primera Guerra Carlista, puesto que ellos se nutrieron de las unidades regulares de nuestro Ejército y en sus Enseñas figuraba. 
Como dislate sería poner en manos de cualquiera de los contendientes durante esa Primera Guerra, la bandera roja y gualda, excepción hecha de alguna unidad de la Armada. Durante la Segunda Guerra Carlista, será el ejército liberal el que enarbole la Bandera roja y gualda, mientras que el carlista, reducido a pequeñas Unidades en esta contienda, usará normalmente emblemas de carácter religioso. Y en la tercera, serán ambos contendientes los que usarán la Bandera roja y gualda, además, por parte carlista, de Estandartes religiosos. 
Porque, ironías de la Historia, la Bandera roja y gualda que nació hija del espíritu liberal, enemigo de las tradiciones patrias, terminó por representarlas, alcanzando su máximo significado en este sentido, cuando se convirtió en el símbolo de la Monarquía frente a la que enarboló la República el 14 de abril de 1931. (...)" (Web. Comunión Tradicionalista, 18-XII-2006).

Fermín de Musquilda
Fiesta de San Andrés, 30-XI-2017

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Al patrono de Pamplona - Pompaelo

SAN SATURNINO

Al Patrono de la Ciudad de Pamplona

ESTAMOS de enhorabuena. Hoy celebramos a nuestro querido patrono San Cernin o San Saturnino. Muchos siglos de celebraciones en Pamplona, y todavía tenemos que redescubrir a nuestro principal santo. Ante la santidad de vida y la actual corrupción de las costumbres, todo mensaje de verdadero bien es siempre nuevo. 

Si vivimos es por nuestros mayores. Más que ellos, los pamploneses tenemos que buscar de nuevo nuestra conversión, pues de lo contrario el paganismo nos conducirá a la esterilidad, el engaño y la mayor corrupción. Jaungoikoari osasun ta ondasuna zor dizkiogu. 

Él convirtió a los primeros cristianos de la ciudad de Pompaelo. La "Passio Saturnini" es uno de los más preciados documentos para conocer la historia de la Iglesia de las antiguas Galias, y al parecer se escribió entre los años 420 y 430. Entre nosotros recordó estos datos el canónigo de la S. I. catedral don Jesús Arraiza en 1989. 

Saturnino presidía la comunidad cristiana de Toulousse (Francia) en calidad de Obispo. Le ayudaban sus discípulos Honesto y Papoul. El primero de ellos vino de misión a Pamplona. Luego, ante el interés por conocer la Fe cristiana del senador Firmo, Saturnino viajará a Pamplona acompañado de Honesto. En general, los escritores de Amiens afirman que era por la segunda mitad del siglo III o comienzos del IV, aunque otros lo retrotraen al siglo I. Ya en Pompaelo, Saturnino bautizará a muchos vecinos de la ciudad para luego, sembrada la primera semilla, regresará a su sede episcopal, donde recibirá el martirio. Así de mal estaban las cosas para los cristianos. Por su parte, Honesto quedó en Pamplona, enseñando a Fermín, uno de los jóvenes más ilustres de nuestra ciudad, nuestro futuro San Fermín. 

En efecto, es a Dios a quien le debemos la salud y la hacienda, y, sin Él,
vienen toda clase de dureza de corazón, vicios, engaños, trampas y ruina.
Sí, si Él no mantiene la casa... en vano se esfuerzan los que trabajan. 



JFG
Pamplona, 29-XI-2017

Imágenes del autor

sábado, 18 de noviembre de 2017

Un gran carlista valenciano

OBITUARIO

+

Rogad a Dios por el eterno descanso de


Don Vicente Febrer Forés,

fallecido en Gandía a los 89 años

el 15 de noviembre de 2017.


Nacido en Gandia en 1928, fue el primer hijo de nueve hermanos.
Su padre Vicente Febrer Roig fue un empresario de prestigio, siguiendo don Vicente sus pasos.

Valenciano de pro. Fue empresario, socio fundador de Citrosol y, desde  1977 hasta su jubilación en 1995, director gerente de Electroquímica del Serpis.

Hombre de profunda oración y vida interior, fiel a la Iglesia Católica y al Papa. Tradicionalista o carlista por familia y por convicción personal. Activo y generoso en el servicio de la Causa.



Recuerdo el trato de igual a igual con todos en las Jornadas de los seglares por la Unidad Católica celebradas en Toledo y sobre todo en Zaragoza entre 1989 hasta 2017, a las que solía asistir y en las que ofreció una conferencia en abril de 2013. También le recuerdo en todos los actos nacionales y Congresos de la Comunión Tradicionalista Carlista con el que coincidí repetidas veces.
Suscriptor y colaborador de “Ahora Información” y “Acción Carlista”, de “Reino de Valencia” y el círculo Aparisi Guijarro, del quincenal católico navarro “Siempre P’alante” cuyo padre ayudó a fundar, y de la buena prensa.

Atraía a todos por su carácter afable y sereno, por su gran laboriosidad y ser muy generoso. Siempre sonriente y sin queja personal alguna. Hombre de ideas muy claras, recto corazón, sonrisa fácil. Vivió la confianza en Dios y el apostolado, encogiéndose de hombros y con pocas palabras cuando se refería a lo que no le gustaba nada en el gobierno de la Iglesia y en España.

Escribió varios libros de empresa, otro sobre su padre, y también sobre las Congregaciones Marianas a las que perteneció.

Duele mucho cuando vemos que nuestros mayores se van, pero nos alegramos por ellos, pues estamos seguros que el Padre le habrá acogido en su seno por toda la eternidad. 

Una oración por su alma. 
Descanse en paz

Dios Patria Fueros Rey
  
J. F. Garralda
Foto: Jornadas de la unidad Católica en Zaragoza, 1998. JFG1998


Traición de Estado y el Partido Popular como agente

NOTICIA

LOS CARLISTAS sabíamos, desde hace tiempo, que el Partido Popular es un partido traidor a España. 

Pero muchos nos decían "exagerados", "ultras" y todas esas cosas feas. Decían que "es el mal menor", que "no hay otra cosa", que perjudicamos el ejercicio de los derechos que aún quedan en pie, que los curas y obispos no lo ven tan mal, y más cosas y bobadas a tal sazón. 

Pues bien, la cúpula del PP es traidora a su electorado, pero también a la vida del concebido y no nacido, traidora al matrimonio como Dios manda, a la familia... Si uno es traidor a las grandes cuestiones de la vida, lo será siempre que le convenga a todo lo demás. Máxime cuando sabemos que hay gente infiltrada en todos los partidos de la partitocracia con las mismas ideas y prácticas. Los infiltrados son como una secta, siendo a su vez los que son secta los que se infiltran.

Sí, el Partido Popular -y lo siento por algún político/a honrado/a que conozco queda en él- es traidor a España. Los políticos que aún están en él se han equivocado de lugar. Como se equivocaron otros que han tardado mucho -demasiado- en de darse de baja. 

Y ahora, ¿qué hacemos?

Pues lo que debieran hacer es dejarse de monsergas, reconocer el propio error públicamente (que no pasa nada y todos lo agradecerán), reconocer y agradecer la consistencia y  resistencia de los tradicionalistas (que no son  una ideología ni tienen el dinero, siendo los partidos que sí y rinden culto al dios fenicio Mammón), vivir y estudiar la tradición española, no ser acomplejados y no querer sobre todo ganar (unos dinero, otros posición e influencia... toda para nada). 


No cortemos el buen árbol de la tradición, ni hagamos el juego a los enemigos contrarios a ella, sino sumémonos con la ilusión del primer día. Miren: gente normal (y excepcional ante Dios y los hombres) hay mucha y en todos los sitios. 


Fermín de Musquilda


De "El Español":

POLÍTICA GOLPE SEPARATISTA

Los 33 parlamentarios de la República catalana que cobran hasta 4.600 al mes de la vecina España

Los independentistas afirman que no abandonarán sus escaños hasta sus partidos o ya el extinto Govern se lo pidan.



Otra más -y hay más-:

POLÍTICA

Tardá y Xuclá se sientan en la Comisión de Secretos en pleno desafío soberanista

Tal y como adelantó EL ESPAÑOL, el PP ha apoyado la entrada de estos parlamentarios en una votación en la que sólo Cs se ha opuesto.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

155: Tomadura de pelo

OPINIÓN


OFRECEMOS una opinión fundada en la experiencia, la observación, y en la lucha para lograr que se escuche la voz de la Cataluña de siempre.
Pocos -o ninguno- lo han dicho tan bien como el dr. Barraycoa, tan ligado a la asociación civil SOMATEMPS.

155: Tomadura de pelo
Opinión/ 15 noviembre, 2017

Cómo aplicar el 155 en 55 días. Este también podría ser el título del artículo pero nos decantamos por el que encabeza esta columna por su claridad evidente. Los oprimidos tienen una extraña propensión al optimismo, especialmente al menor atisbo de posibilidad de cambio de su triste condición. Deben ser los restos de mesianismo cultural que aún quedan a modo de poso de nuestra alma colectiva. Cuando el Gobierno español decidió aplicar artículo 155 de la Constitución, no faltaron entusiastas que creyeron ver la tierra prometida y soñar con la llegada a un nuevo país donde manaría leche y miel. Igualmente no le faltó claca al presidente de Gobierno ni medios de derechas que le hicieran la ola, a la par que el fariseísmo nacionalista se rasgaba las vestiduras. Pero pocos se acordaron que a Moisés no le estuvo permitido, tras atravesar el desierto, entrar en el reino prometido.
A moisés no se le concedió tiempo vital para tal gracia, al igual que el Gobierno ha robado la esperanza de muchos catalanes de ver resuelto el drama que vivimos desde hace décadas. Rajoy no sólo ha aplicado el 155, sino que le ha dado la marcha atrás a un cronometro electoral que acabará su recorrido el 21 de diciembre. Los aduladores con Tribuna en los grandes periódicos alabaron esta decisión como una genialidad estratégica digna de Rommel o Patton e hicieron de voceros de la inminente salvación definitiva de Cataluña. A otros, simplemente se nos quedó cara de tontos al contemplar la incapacidad de la ciudadanía de enjuiciar lo que es una de las mayores tomaduras de pelo, y un nuevo agravio, que debemos sufrir los catalanes. Los pocos días desde la aplicación del 155 han dado para mucho y para poco.
Para mucho, lo ha sido en el sentido que el gobierno ha podido adoptar estrategias para evitar el colapso institucional de los efectos de la DUI. Recordemos que el 17 de octubre, la jueza Lamela decidía encarcelar a los “jordis” y el 21 de octubre se aprobaba la aplicación del 155. Los inocentes aplausos en un sector de la población oprimida por el nacionalismo se trocaron en terror en los despachos de la Moncloa, especialmente cuando el 2 de noviembre la jueza Lamena también dictaba prisión incondicional como medida cautelar contra medio gobierno autonómico catalán que aún permanecía en suelo patrio.
No haya nada que produzca más espanto a los políticos que dicen defender la independencia judicial, que encontrarse con un juez que ejerza el principio de la separación de poderes. La prisión de Junqueras, y adláteres, desmontaba la estrategia de Rajoy: aparecer ante la opinión pública conservadora como el salvador de España y convocar unas elecciones apresuradas elecciones para aprovechar el bajón psicológico de las huestes nacionalistas. Era una estrategia que le permitiría salirse del avispero catalán proclamando el 155 sin haberlo aplicado. Un logro más para la fama de los gallegos. Pero un escenario con potenciales candidatos en la cárcel lo cambia todo. Los sondeos no favorecen al PP; como por arte de birlibirloque el PSC resucita de la nada incorporando de la chistera a los camisas viejas de Unió Democrática y en el PP aún no se explica porque los democristianos no han llamado a su puerta; la audiencia de TV3, que estaba en estado de shock, empieza a remontar de forma galopante; la CUP decide presentarse, contra todo pronóstico para unos antisistema, a unas elecciones del sistema y Puigdemont sigue vivito y coleando comiendo mejillones en Bruselas y acaparando portadas. La única gran ocurrencia del Gobierno ante tal desborde de malas noticias ha sido arrebatar el caso a la jueza Lamela y desde ahí intentar controlar la situación; léase, conseguir que los Junqueras, y demás, hagan una campaña desde la calle, que eso da menos votos que desde el presidio. Ya se sabe que los catalanes somos muy melancólicos y ver llorar a la Forcadell o a Junqueras desde la cárcel puede llenar urnas, y esta vez de verdad.
Y, como decíamos, el 155 ha dado también para poco, para muy poco. Más bien ha dado para casi nada. El potencial electorado catalán que por cuestión de principios y coherencia moral, no puede participar de los postulados electorales de los partidos llamados constitucionalistas (cuestiones de aborto, anti-bioética e ideología de género están impresos en fuego en sus programas), se encuentra huérfanos de candidatura. No ha habido tiempo de articular otra vía electoral frente al separatismo que recoja el entusiasmo de muchísimos catalanes que han salido a la calle y no gracias precisamente a los partidos constitucionalistas. Los plazos impuestos por el gobierno lo han imposibilitado y nuevamente estamos ante un escenario cercado por la partitocracia. Ello posiciona a muchos votantes en el grave dilema de votar contra su conciencia moral o dejar que el nacionalismo siga avanzando. La partitocracia se muestra especialmente descarnada cuando obliga a elegir entre un mal o un mal. La aplicación real del 155 hubiera exigido generosidad en algunos partidos y firmeza en el gobierno. Entre otras cosas se debía haber constituido un gobierno de concentración, la intervención real en materias transferidas –como la educación- con políticas a fondo y a largo plazo, apoyadas por reformas legales; limitar el gigantesco poder de adoctrinamiento de los medios públicos catalanes; corregir unas políticas de subvenciones dignas de un estado soviético y, por fin, retrasar el calendario electoral varios años. Es necesario normalizar ayuntamientos, Diputaciones, policía autonómica y delirantes políticas económicas que ha llevado a Cataluña a una quiebra técnica. Pero de todo esto, nada de nada. Ha sido aplicar el 155 y empezar la carrera electoral.
Mientras tanto, aún late una Cataluña que ahora ilusionada acabará abandonada a escasos meses de la celebración de las elecciones. Es una Cataluña viva pero que los partidos políticos ya están carburando cómo devolverla a sus cómodos sillones de casa. La política es para los  profesionales. A modo de ejemplo, de forma popular este fin de semana ha sido espectacular para el movimiento cívico hispánico-catalán: viernes 10 de noviembre, apoteósica concentración ante el Ayuntamiento de Sabadell para reclamar la reposición de la bandera española; sábado 11: marcha sobre el barrio de Vilaroja en Gerona para apoyar al vecindario más español de toda Cataluña y por la tarde concentración en Reus; domingo 12: manifestaciones patrióticas en Manresa y Lérida. Y la cosa continúa, este viernes hay convocatoria en Igualada, ante el Ayuntamiento, para pedir que también se reponga la bandera española y se anuncian más movilizaciones. Todo este más que meritorio esfuerzo ciudadano o bien ya ha sido manipulado como campaña preelectoral. Por ejemplo en la concentración de Sabadell, aparecieron a última hora lacayos de los partidos constitucionalistas para atribuirse la convocatoria de la concentración. De ello se hicieron eco todos los medios. Pero cuando los partidos no han podido controlar estas concentraciones, los actos han sido ignorados o maltratados por los medios “conservadores”.

En conclusión, no hay dos Cataluñas, hay tres: la nacionalista, la dominada por la partitocracia constitucionalista, y la que siendo catalana y no queriendo renegar de su españolidad pero tampoco de principios fundamentales, quiere encontrar su espacio. El 155 ha sido una medida ajustada e ideal para las dos primeras. Por el contrario, para la tercera, ha sido desengaño y tomadura de pelo.
Javier Barraycoa

Dr. en Filosofía y Sociología

Publicado en LaGaceta
Publicado en Somatemps

martes, 14 de noviembre de 2017

Víctimas y verdugos: ¿equidistancia ante los etarras?

ENTREVISTA

En el digital La Tribuna del País VascoFernando José Vaquero Oroquieta entrevista a Víctor Javier Ibáñez (martes, 14 de noviembre de 2017), autor de Una resistencia olvidada. Tradicionalistas mártires del terrorismo (Auzolan 2017):

http://latribunadelpaisvasco.com/not/7655/victor-javier-ibanez-la-equidistancia-entre-victimas-y-verdugos-es-una-bajeza-moral-/


R. de A.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Hacia el próximo asalto separatista de los golpistas

HEMEROTECA

Mejor no se puede decir. Recias palabras conforme a recias verdades. Tomado  de HispaniaFortius. 

Confiamos en el pueblo; no en los líderes del sistema.

AGENDA
Por qué no estamos tristes

CATALUÑA -si se nos deja hablar así- está despierta, y mira a sus hijos los catalanes de siempre. 

Cataluña no mira a los advenedizos que importan un nacionalismo ególatra y separatista, anticatalán. No sé por qué, pero la gran comunidad musulmana guarda un total silencio... supongo que para no alarmar, para  no espantar a los nacionalistas separatistas, y cautivando después el voto separatista. 

Pero no queremos separar a los que viven en el noble Principado de Cataluña, ni ahondar el abismo que los nacionalistas separatistas han creado entre la población. Digamos que todos son catalanes si lo eran sus padres y si hoy tienen un vivir arraigado en Cataluña, formando así una comunidad fundamental de civilización hispánica y de raíces y desarrollo cristiano que no pagano. Cataluña será cristiana o no será (Torras y Bages, Verdaguer y tantísimos otros). 

El pueblo catalán de veras se agrupa y manifesta en Sabadell, San Cugat, Lérida, Santa Coloma, Gerona Vila-roja, Reus, Manresa.... No sólo es Barcelona, la ciudad condal, sino por toda la geografía catalana. 

No, no hay que estar tristes por el pueblo. Confiamos en él como ocurrió en mayo de 1808. Hay que estar muy tristes por en qué manos ha caído en un lado y en otro ya desde hace décadas. Por eso buscamos algún faro que ilumine y dirija sin querer al pueblo, un faro que sea independiente porque siempre haya perdido y sólo quiera servir.


Ante el Ayuntamiento de Sabadell, para que el sr. alcalde "separata"
exhiba con honor la bandera de España por imperativo legal y por amor a España y  la Hispanidad.
El pueblo no es la suma de los concejales "separatas" tras las elecciones,
ni un arañar lo que no hay: votos y democracia.  Fuente: pantalla de la Web de SOMATEMPS

F. de M. 

sábado, 11 de noviembre de 2017

Para España y los españoles

AGENDA

La Comunión Tradicionalista Carlista
te invita a celebrar la festividad de
Cristo Rey
en el Cerro de los Ángeles
centro de la Península Ibérica y corazón de España
este 25 de noviembre de 2017.

13:00 h. Santa Misa en la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles.
14:30 h Comida de hermandad en el hotel Los Olivos, situado al pie del Cerro (Carretera de Andalucía A4, km. 12,700, Getafe).
Comunión Tradicionalista Carlista
Secretaría Técnica
Zurbano, 71 - oficina 3
28010 - Madrid
Tel/Fax: 91 399 44 38 - 636 584 659

jueves, 9 de noviembre de 2017

Navarra como cortijo y los mozos sus criados

REFORMA FISCAL

El hecho es el siguiente: el CUATRIPARTITO pretende llevar a cabo otra reforma fiscal en Navarra. Por si no fuera poco perjudicial la primera, ahora quieren arruinarnos definitivamente. 

Salta a la prensa que la reforma va a perjudicar la vivienda, al IRPF, el ahorro y planes de pensiones, las sociedades, las sucesiones, y el patrimonio. Por un par de mejoras muy tenues, hay una cascada de medidas que perjudican gravemente -y de nuevo- a los navarros.


Quieren aumentar la recaudación en 28 millones de euros. Para ello siguen el camino más corto, injusto y anti económico: son unos linces. Se trata de una recaudación que esquilma a la sociedad, y que la arruina ahuyentando además la inversión y las empresas. Así, el Gobierno navarro actúa contra los navarros. Esto se comprende porque es un Gobierno nacional-separatista y está a merced del radicalismo marxista de Bildu, IU y Podemos. Los navarros y Navarra les importa un pepino. Nos utilizan. 

Gaiztoen menean bizitzea gauz txara da ta gogora. 

Pues bien, y a modo de ejemplo, Lluís Llach y otros independentistas catalanes anticatalanes han dicho la verdad: "Cuando hundamos la economía española, Europa reconocerá la República Catalana". Es decir, quieren el saqueo catalán. Como él está forrado, le da igual (vid. Somatemps). 
Los navarros somos su cortijo, somos su finquita para esquilmarnos, y para dar trabajo (claro que el batúa por medio) y subvenciones (más propaganda y caldo "cultural") a los suyos. Desposeen a muchos del fruto de su trabajo para crear una nueva clase que reciba porque sí lo arrebatado a los primeros.  Es un tipo muy hábil de nuevo dominio. Como las desamortizaciones de Mendizábal en 1837 y de Madoz en 1855. Como la libertad del partido único falsamente proletario y del falso batúa (por cierto que nada vasco). Siento decirlo, pero parece que hacen de Navarra su prostituta. 

Ya dijo aitaborce Federiko al tal Cunchillos (supongo que Santiago) en Ochagavía antes de 1931: "Os mandarán desde Bilbao", y "¿Cómo se van a comparar los descendientes de Sancho el Fuerte con los de López de Haro?" -con todos mis respetos por los verdaderos vizcaínos-. 

Si aitaborce Federiko -que escribía en vasco salacenco- tenía razón, ahora resulta que Lluís Llach va en serio y es el maestro de los aprendices de brujo de aquí, aprendices tales que ni sirven a los navarros ni aman Navarra: es más, los utilizan y la utilizan, como Napoleón a Francia, como un objeto y mal pagado del deseo. 

Sí; el vivir bajo el dominio de los malos es cosa mala y dura. Simplemente quieren arruinarnos para dominarnos y después ser objeto de su conquista. 

Los nacional-socialistas (vascos antivascos) se están dando prisa en ocupar Navarra, no vaya a ser que pierdan la ocasión abierta por el separatismo anticatalán en Cataluña.

Ramón de Argonz y de la Urrutia