Boletín Oficial de la Comunión Tradicionalista Carlista de Navarra

viernes, 13 de abril de 2018

República o Monarquía de verdad, que no de mentirijillas.

14 de abril: monarquía de verdad

ALGO ASÍ han colocado por Pamplona, y no les falta mucha razón. ¿Por qué? Porque la actual monarquía constitucional (de forma monárquica y de fondo republicano) es una república coronada. Por eso en España hay muchos republicanos aunque necesiten una monarquía, toda vez que ignoran qué sea ésta. ¡Cuánto daño han hecho los libros de la Educación Secundario y Bachillerato, donde se desenfoca y ridiculiza la verdadera monarquía y se ensalza sin razón el espíritu y la forma republicana! ¿Y si supieran que la res-pública sólo está defendida de verdad por la monaquía moderada, templada, social y representativa?

Los republicanos de fondo y forma deberían de estar muy contentos con la actual monarquía constitucional,  porque han logrado uno de sus mayores objetivos: que no haya monarquía de verdad. Y los liberales, lo mismo, porque han logrado que no haya una forma republicana, aunque su llamada monarquía lo sea vergonzante, de mentirijillas, y en el fondo como una República. 

Hoy día son republicanos tanto los monárquicos constitucionales (apariencia monárquica) como los partidarios de un fondo y una forma republicanas. 
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Eso sí, con la monarquía llamada constitucional se enfadan los monárquicos de verdad que desean que el rey reine porque gobierne (monarquía templada, social y representativa) y rechazan las apariencias y anuncios de República. Pero también se enfadan los republicanos de fondo y forma porque les aturde la palabra "rey" (constitucional) aun sin saber que la monarquía constitucional ha logrado el fondo republicano, y que sólo bajo su forma vergonzante la monarquía constitucional  pueden lograr la República de una manera estable para finalmente desastrozar España y a los españoles. 

La dos Repúblicas de fondo y forma (1874 y 1931) han sido un desastre mayúsculo que ha acabado en guerra civil.  Y las dos formas expresas de monarquías constitucionales (Isabel II en 1868 y Alfonso XIII en 1931) han acabado en República formal al serlo previamente en el fondo. Hoy, el avance republicano formal va in crescendo, amamantado por las apariencias monárquicas de la actual Constitución de 1978 y el liberalismo ideológico, que une en un beso espurio a los felipistas y republicanos formales.


A ver si se enteran los unos (los republicanos de formas que siempre han perdido la República) y los otros (los monárquicos de formas o antimonárquicos que siempre han perdido la monarquía y han consolidado el espíritu republicano) que en España necesitamos una monarquía de verdad, done el rey reine porque gobierne, y que sólo la monarquía de verdad protege la res-publica, o bien sólo aquella salva a España de ser víctima de una nefasta República ora vergonzante ora plena.

La monarquía constitucional de don Juan Carlos y su hijo don Felipe tiene ambos males: los males de la República de fondo y forma, y los males de la República de fondo o monarquía vergonzante. 

El pueblo español casi siempre fue vivamente monárquicos y siempre necesitó una monarquía de verdad. La prueba es que don Felipe ha aumentado su apoyo popular cuando ha sido muy claro ante el chantaje separatista catalán/anticatalán. La monarquía constitucional tiene algún reflejo de monarquía -aunque para corromper a ésta mejor-, y precisamente es dicho reflejo el que le otorga algún prestigio. Pero su espíritu republicano nos trae la República plena como el fondo a la forma, con el agravante de engañar sobre qué sea un monarquía de verdad, favoreciendo así a los republicanos plenos.

Tengamos en cuenta que la monarquía de verdad es ajena al despotismo ilustrado y ajena también a la monarquía absoluta (salvo en el caso de "absuelta" como lo es todo Gobierno de veras) y a todo absolutismo.

Lo monarquía constitucional o de apariencia (en el fondo una República), y la República también formal, han traído gobiernos absolutos, como absoluto es el Estado liberal, ya moderado ya radical. 


Si Vd. no quiere absolutismo e ilimitación en los gobiernos, si a la vez Vd. quiere una verdadera representación política, mire a la monarquía española tradicional con sus Fueros, sus cuerpos sociales autárquicos, la representación verdaderamente orgánica (no dirigida por partido alguno, por uno como con el general Francisco Franco o por varios como con don Juan Carlos y don Felipe), sus Cortes, la limitación del poder político y el reconocimiento a Dios en la Cruz que luce en lo alto de la corona. Monarquía católica, templada, social y representativa (Rafael Gambra, 1953). 

Un verdadero rey une y pertenece a todos (todos a una, Fuenteovejuna) , asegura las instituciones sociales, da independencia a las instituciones politicas de las presiones oligárquicas, es garantía del que menos tiene, es el mejor alcalde que está muy próximo a la sociedad configurada (El mejor alcalde, el rey,  decía Lope de Vega), administra justicia (La vida es sueño, soñaba Calderón de la Barca), representa a una sociedad familiar por lo mismo que la Familia real es una familia de verdaderas familias), es comoel padre de todos, rinde culto al verdadero Dios en la única religión verdadera de quien recibe su majestad. 

El Fuero de verdad sólo se puede vivir en una monarquía de verdad. Por eso, hoy
los constitucionalistas se han cargado el Fuero y lo han convertido como en un estatuto de autonomia.
Y Navarra ha perdido mucho con ello. 

Fermín de Musquilda
13-IV-2018

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